Municipio situado al este de la provincia, en la cuenca sedimentaria del río Aguas, que riega sus tierras convertidas en un vergel de frutales, cítricos y hortalizas, rodeado por otros terrenos más áridos.
En su término se encuentran numerosos yacimientos prehistóricos que demuestran lo privilegiado de este lugar, entre los que sobresale el Argar, verdadero eje de una cultura que se extendió por el sudeste de la Península en la Edad del Bronce.
En esta localidad la historia se escribe con mayúsculas pues conserva en su término municipal numerosos restos de yacimientos arqueológicos, muchos de ellos, han sido trasladados a museos de Europa, por su gran valor.
Como elementos de interés tiene, además, el Acueducto del Real, la Iglesia Parroquial y el Cabezo de María.